Los estudios científicos se contradicen entre sí y las actuales olas de frío nos dicen que una verdadera comprensión del fenómeno se puede hacer solo sobre un período tan largo de siglos, que es ahora imposible tener todos los datos científicos: por la sencilla razón de que en el pasado no había los medios de hoy para estudiar el fenómeno. 

No sólo eso, pero creo que demasiada gente utiliza el tema de los cambios climáticos para lanzar al mercado productos e ideas económicamente fructíferas, por ellos!, las mismas que impiden una investigación libre e independiente, tanto en las causas que en los efectos: es así que a menudo sólo se habla del "sobre calentamiento del planeta". 

El sesión de información  que tuvimos en la Sala N ° 1 del North Lawn Building de las Naciones Unidas tenía por tema: Después de Cancún, ¿a qué punto nos encontramos con los cambios climáticos?. Me permitió entender algunas cosas. 

Más allá de las causas, los cambios climáticos se están dando y, lo más importante, tienen una influencia no marginal en todas las realidades económicas y sociales de nuestro sistema: el desarrollo, la salud, la educación y la comunicación. Es algo ya conocido a nivel de situaciones específicas y locales. En el Ecuador la escuela en la costa comienza en marzo y termina en enero, en la Sierra, de octubre a julio por la única razón de... las lluvias. El clima tiene una influencia enorme, incluso en la cultura, y afecta la actividad económica, el ritmo de la vida, la mentalidad. Recuerdo la sorpresa de mi hermana cuando me visitó en Esmeraldas (Ecuador) y descubrió que las ventanas no tenían vidrios, ya que eran innecesarios. El clima es fundamental para la vida de las personas, por ende los cambios climáticos lo son también. 

Las últimas inundaciones, las tormentas de nieve, los desastres ecológicos deben hacernos abrir los ojos. Sin duda, en la historia del planeta, los ritmos naturales entre temporadas frías y calurosas siempre han existido. Y si el sol produce calor por la compresión de su estructura interna, un día va a comenzar a apagarse, aunque no sepamos cuándo. 

Lo importante, sin embargo, es comprender que la forma en que gestionamos hoy en día nuestro planeta, nos lleva al desastre y, lo que es peor, en esta materia como en otra, unos son los que deciden y sacan provecho, otros los que sufren y pagan las consecuencias. Las emisiones de gas son una muestra: los países pobres son los que más sufren por sequías y desastres ambientales, y son aquellos que no tienen medios para producir emisiones en cantidad. 

Pero hay algo aún más grave. Los países reunidos en Cancún, en México, del 29 noviembre al 10 diciembre 2010, para discutir el tema de los cambios climáticos y diseñar la nueva " Cancún Adaptation Framework" fueron 193. Sin embargo, el número de Estados que han firmado el acuerdo son menos de 50. Y ¿cuántos son los que han dado pasos para introducir las decisiones de Cancún en las leyes de su país? Menos de diez. Sin asumir sus propias responsabilidades, es imposible entender los problemas y buscar soluciones. 

Sólo para reducir los efectos invernaderos de gases, que son sin duda una de las causas de trastorno y de los cambios atmosféricos, serían necesarios cambios tecnológicos en el orden de 100.000 millones de dólares al año. Y, por supuesto, nadie quiere ser el primero en dar el paso en sacar plata.

La política se distrae en las fiestitas politiqueras, en producir jurisprudencia en defensa de valores cuestionables y en la lucha, sin duda válida, a favor de las minorías, mientras que se quema nuestra casa común y el único buque en él que todos estamos se hunde. La señal más clara es que, después de gritar contra el consumismo, hoy la gran preocupación es la recuperación económica y no el cambio en nuestro sistema económico que es la causa y el origen de muchos e nuestros males. 

Juan Pablo

New York, 20.01.2011