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El fin de la ayuda extrajera como la conocíamos

FP 24.04.2017 Bryant Harris, Robbie Gramer, Emily Tamkin, Traducido por: Original - Jpic-jp.org

El Presidente Trump reduciría la asistencia para el desarrollo y uniría la USAID al Estado. La promesa de Trump de poner “América Primero” incluye un plan para cortar drásticamente la asistencia a países en vías de desarrollo y convertir la USAID en una sección del departamento de Estado, según un documento que define el presupuesto interno y otras fuentes.

La propuesta presupuestaria de Marzo prometió cercenar más de un tercio de la ayuda a los países en vías de desarrollo, pero contiene muy pocos detalles. Según un documento más pormenorizado sobre el presupuesto que consta de 15 páginas obtenido por Foreign Policy, la reestructuración también conlleva la re-canalización de fondos de las agencias de ayuda hacia programas que están entrañablemente ligados a objetivos de seguridad nacional.

El documento detalla cómo la administración del presidente Trump está programando reducir la ayuda extranjera directa para el año fiscal 2018.

Según una fuente de la misma Agencia USAID, Wade Warren, Administrador interino de USAID, en un reciente encuentro con su equipo, dijo a los empleados que autoridades oficiales están considerando convertir la agencia en un Departamento de Estado como parte de la reforma exigida por la orden ejecutiva del 13 de Marzo del Presidente Trump .

La orden solicita que los directores de cada agencia presenten un plan de trabajo a la oficina de Administración y al Director de presupuesto, Mick Mulvaney, “para reorganizar la agencia, si es necesario, a fin de mejorar la eficiencia, efectividad y transparencia en la rendición de cuentas de la Agencia”

Mientras la orden parece dar a los administradores de la agencia USAID cierta discreción para poder organizarse, la Casa Blanca ya ha manifestado claramente que el presupuesto del 2018 apunta a la consolidación de las dos entidades, “para una más efectiva gestión diplomática y de desarrollo”.

Una acción semejante no sería del todo nueva, ya que en 1999, la agencia de Información Estadounidense, que financiaba programas de información y de cultura en el extranjero, fue cerrada, y muchos de sus programas pasaron a formar parte del Departamento de Estado. Mas cerrar o simplemente reducir la acción de una agencia dedicada a afrontar retos como la prevención de enfermedades o la seguridad alimenticia de muchas zonas del mundo puede ser mucho más controversial.

 “Esta acción acabaría con la capacidad técnica de la USAID y, en mi opinión, será un gran desastre a largo plazo” dijo Andrew Natsios, ex administrador de USAID bajo el gobierno de George W. Bush. “Preveo que pagaremos un alto precio por decisiones organizativas carentes de buen juicio y consideración que se están tomando últimamente, también al respecto de recortes de presupuesto.”

Dada la fuerte oposición demócrata a los recortes del presupuesto para la ayuda extranjera, el Congreso probablemente no pasará la propuesta en su totalidad.  La senadora republicana Lindsey Graham llegó a declarar que el presupuesto de Trump “llega al Congreso ya cadáver”.

Sin embargo, expertos estiman que el presupuesto final del Congreso sí bajará los niveles de gastos  en asistencia.

El departamento de Estado y la USAID prefirieron no dar comentarios acerca de la posible fusión de las dos entidades, sino que dieron a conocer que la Casa Blanca comunicará más detalles sobre el presupuesto a fines de la primavera. Sin embargo, un portavoz de USAID expresó: “Nuestro propósito es hacer mejor uso del dinero de los contribuyentes Americanos eliminando algunos programas y concentrando nuestros recursos en aquellos que convienen a los intereses de este país”

Altos funcionarios de la USAID han dicho a sus colaboradores que la agencia se está preparando a soportar los severos recortes dando atención prioritaria a sus oficinas en el extranjero más que a la de Washington. No obstante, la agencia prevé que el nuevo presupuesto tendrá que eliminar unas 30 o 35 misiones en el extranjero, reduciendo además sus oficinas regionales en aproximadamente  un 65%. Actualmente la USAID opera  en cerca de 100 países.

“Lo que están haciendo es prácticamente removiendo el instrumento más importante que poseen los EEUU para influenciar en los países en desarrollo, que es precisamente nuestro programa de desarrollo”, dijo Natsios. “No creo que hayan entendido aun el rol de la USAID y lo que significan los directores de las misiones extranjeras. Ellos son los extranjeros más influyentes en un determinado país”

Más aun, cerrando las misiones, se está atentando contra el financiamiento de programas para la salud mundial, con más de 41 países que serán seriamente afectados. Mientras el presupuesto de Trump indica un compromiso por financiar el plan emergente para hacer frente al flagelo del SIDA, el presupuesto del departamento de Estado indica que los programas de salud en el extranjero serán golpeados con una reducción del 25% de su financiamiento.

“He visto en persona cómo el dinero empleado por los EEUU en ayudas para el desarrollo ha salvado millones de vidas”, dice Tom Kenyon, director ejecutivo del Proyecto Esperanza, de la Asociación Mundial de la Salud, una entidad sin fines de lucro. “No cabe la menor duda que mucha gente morirá por esto.”

Los recortes al financiamiento de iniciativas para la salud mundial podrían también poner en peligro a los mismos Americanos en el evento de una gran epidemia. “Como resultado de esta acción, vamos a ver muchas muertes que se podrían haber prevenido fácilmente”, advirtió John Norris, un ex empleado de USAID que hoy trabaja como director ejecutivo de la Seguridad Sustentable e Iniciativa para la Construcción de la Paz, en el centro para el Progreso Americano. “Vamos a ver que nuestro propio país se vuelve más vulnerable a la propagación de enfermedades infecciosas como ya lo vimos durante la crisis del Ébola. Las cosas que suceden fuera pueden fácilmente estallar aquí también.”

Así mismo, la oficina para la Seguridad Alimentaria está programada para perder el 68% de su financiamiento actual. Lo cual reduciría la ayuda al desarrollo dirigida a prevenir la escasez de alimentos y eventualmente forzará a los EEUU y a otros países donantes a gastar más recursos en ayuda alimenticia de emergencia.

Encima de los cortes en salud y seguridad alimentaria, la administración ha previsto cortar la asistencia que daban a los países más golpeados por el cambio climático. El presupuesto  promulgará unos cortes del 94.5% en el financiamiento de la oficina del departamento de estado que vela por los océanos, los asuntos del medio ambiente a nivel mundial y realizan investigación científica al respecto. Esto significa cerca de mil millones de dólares que estaban dedicados para el Fondo “Green Climate” que trabaja para disminuir las emisiones de carbono. Este fondo fue un empeño que los EEUU tomó en el acuerdo de Paris para evitar que crezcan las temperaturas de los océanos por más de dos grados centígrados, lo cual sería desastroso.

Otros programas y oficinas que están en la lista de los afectados por los recortes incluyen las embajadoras para asuntos femeninos, la oficina que coordina los asuntos cibernéticos y la alianza Trans-sahariana contra el terrorismo.

Los recortes presupuestarios también revelan el esfuerzo generalizado por unir la ayuda para el desarrollo con los intereses de la seguridad nacional Estadounidense. El presupuesto reduce los fondos destinados para asistencia para más de 77 países y oficinas regionales, y desvía esos recursos para el Fondo de Apoyo Económico que está ligado a objetivos específicos y estrategias de los Estados Unidos.

“Además de este problemático recorte de fondos y de la eliminación de muchas áreas de trabajo, este cambio refleja alteraciones estructurales que ciertamente debilitarán las relaciones entre USAID y el departamento de Estado”, dijo Scott Morris, el director de la Iniciativa para Políticas de Desarrollo en el Centro Mundial de Desarrollo, una agencia de investigación con sede en Washington. “Grandes cambios como este ameritan un mayor grado de discernimiento y deliberación”, añadió.

Reforzando el fondo de apoyo económico mientras que eliminando la asistencia para el desarrollo,  ha levantado temores en los países en vías de desarrollo de que la administración de Trump esté más interesada que sus predecesores, en usar la ayuda extranjera para lograr objetivos políticos a corto plazo.  “Históricamente, el fondo de apoyo ha sido utilizado principalmente como un medio para ayudar a nuestros aliados estratégicos y en las maneras en que queremos proveerles de fondos, pero con menos énfasis en  objetivos de desarrollo”, declaró Steven Radelet, el ex jefe financiero de la USAID. 

Según Natsios, ex administrador de USAID, el Secretario de Estado Henry Kissinger desvió fondos de manera similar durante la guerra fría. Natsios indicó también que los diálogos que han tenido el actual Secretario de Estado Rex Tillerson con Kissinger nos llevan a creer que el experimentado estatista esté ejerciendo su influencia en la manera cómo el gobierno está intentando reestructurar la ayuda extranjera.

“Yo creo que el Dr. Kissinger es uno de las más grandes Secretarios de Estado que hemos tenido, sin embargo, nunca ha estado a favor de las agencias de asistencia para el desarrollo”, afirma Natsios. “El análisis del Dr. Kissinger, en mi opinión, es completamente equivocado.”

Expertos en Política Exterior y en Seguridad Nacional de ambos lados de la panacea política han concluido que los recortes pondrían en riesgo los intereses y la seguridad de los EEUU. En Febrero pasado, un grupo de 121 generales y almirantes retirados enviaron una carta abierta a la Casa Blanca y al Congreso advirtiéndoles del peligro que se corre al recortar fondos para la ayuda extranjera y las oficinas diplomáticas. La carta expresa claramente el rol que el departamento de Estado y la USAID juegan en mantener la estabilidad global para contrarrestar el auge de grupos terroristas como el Estado Islámico, detener el flujo de refugiados, y combatir la propagación de enfermedades altamente infecciosas como el Ébola.

Ellos temen que recortando la ayuda extranjera, los EEUU arriesga de ceder su influencia sobre otras regiones y países. Algunos de los cortes han sido dirigidos a países de importancia estratégica. Por ejemplo, la asistencia a Ucrania, que tiende a promover reformas políticas y económicas en esa nación ha sufrido un recorte del 68.8%.  

 “Uno de los mayores temas, propuestas e indicaciones de la política de los EEUU hacia Ucrania han sido ayudarle a moverse en la dirección de las instituciones Europeas”, dice  William Taylor, el ex embajador de Ucrania durante la presidencia de George W. Bush, quien en ahora  vicepresidente del Instituto Norteamericano por la Paz. “A nosotros nos conviene que Ucrania no caiga bajo la influencia de las instituciones Rusas.”

Preso da: http://foreignpolicy.com/2017/04/24/u-s-agency-for-international-development-foreign-aid-state-department-trump-slash-foreign-funding/

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