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La búsqueda de combustible agota los bosques

Roma (IPS) 19.05.2017 Baher Kamal Traducido por: Original - Jpic-jp.org

Los seres humanos son el mayor depredador de recursos naturales. Los bosques, el verdadero pulmón de la Tierra, pierde 15 hectáreas de árboles cada 60 segundos, principalmente a causa de la producción de alimentos y energía. En América del Sur desaparecen 45.000 hectáreas por cada millón de kilogramos de carne exportados.

Por si eso no fuera suficiente, la secretaria ejecutiva de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD) llamó la atención sobre otro asunto: “Cuando eliminamos los bosques, no solo se van los árboles, sino que se desintegran ecosistemas enteros con terribles consecuencias para todos nosotros”, subrayó. Barbut, quien suministró esos y otros datos en el marco del Día Internacional de los Bosques, el 21 de marzo, conmemorado este año bajo el lema “Los bosques y la energía”, también recordó que la deforestación y la degradación de los bosques son responsables de 17 por ciento de las emisiones de gases invernadero, producidas por actividades humanas.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó de que hasta siete por ciento de las emisiones contaminantes causadas por los seres humanos son producto del uso del carbón vegetal y de la madera como combustibles. Eso obedece principalmente a la gestión no sostenible de los bosques, a la ineficiente fabricación de carbón y a la quema de madera (Informe “La transición al carbón vegetal”, del 21 de marzo 2017).

El problema es que para más de 2.000 millones de personas en el mundo, la madera es sinónimo de alimentos cocidos, agua hervida para poder beber y un hogar templado, recordó el director general de la FAO, José Graziano da Silva.

Comunidades rurales pobres

En las zonas rurales de los países en desarrollo, la madera es especialmente importante porque suelen ser la única fuente de energía disponible. Además, las zonas de mayor pobreza como y especialmente África subsahariana, así como los hogares de bajos ingresos en Asia también tienen una gran dependencia de la madera.  “Casi 90 por ciento de toda la madera y el carbón utilizado ocurre en las naciones en desarrollo, donde los bosques no son más que una fuente de energía disponible para los pobres”, observó Manoel Sobral Filho, director del Foro de la ONU sobre Bosques.

Sin embargo, la mayor parte de la producción actual de madera para combustible “no es sostenible”, lo que contribuye enormemente a la degradación de los bosques, los suelos y a la emisiones de gases invernadero, observó Graziano da Silva: “En muchas regiones, la conversión al carbón vegetal suele realizarse con métodos rudimentarios y contaminantes”.  El secretario general de la FAO urgió a los países a revertir la tendencia negativa en el uso y la producción de energía a partir de la madera. La agencia participa en varios programas para distribuir cocinas eficientes, en especial en las comunidades más desfavorecidas de América Latina y África.

En Sudán del Sur, aquejado por un conflicto y donde reina la hambruna, la organización y sus socios ya distribuyeron más de 30.000 cocinas mejoradas. Por su parte, el presidente de Fiyi, Jioji Konousi Konrote, subrayó: “Necesitamos concentrarnos en ampliar la transferencia hacia las tecnologías de energías renovables, en particular la biomasa, a fin de garantizar que los países en desarrollo las usen y sigan el crecimiento de la demanda de energía de forma sostenible”. El gobierno de ese país asumirá la Presidencia de la 23 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, que se realizará en noviembre en la ciudad alemana de Bonn.

Una de cada tres personas depende de la madera como combustible

El desafío es enorme porque más de 2.400 millones de personas, alrededor de la tercera parte de la población mundial, todavía depende del uso tradicional de la madera para cocinar, y muchas pequeñas empresas usan carbón y madera como vectores energéticos para varios fines como cocinar, procesar té y fabricar ladrillos. De toda la madera usada como combustible, alrededor de 17 por ciento se transforma en carbón vegetal, precisa el informe de la FAO. El problema es que cuando la producción de este se realiza con tecnología y recursos no sostenibles, la emisión de gases invernadero puede llegar a nueve kilogramos de dióxido de carbono equivalente por cada kilogramo de carbón producido.

El informe subraya que ante la falta de alternativas realistas y renovables al carbón en un futuro próximo, en particular en África subsahariana, Asia sudoriental y América del Sur, es fundamental lograr que la producción de carbón vegetal sea más sostenible, así como utilizar prácticas más sostenibles en la gestión de los bosques para mitigar el cambio climático, al tiempo que se mantiene el acceso de los hogares a las energías renovables. Cambiar la forma en que se obtiene la madera y el carbón es una oportunidad para reducir las emisiones contaminantes, así como pasar de cocinas y hornos tradicionales a otros más eficientes y modernos podría reducirlas hasta en 80 por ciento. Y a nivel de usuario, la transición podría reducirlas en 60 por ciento.

“La energía producida a partir de la madera representa 27 por ciento del suministro principal en África, 13 por ciento en América Latina y el Caribe y cinco por ciento en Asia y Oceanía”, estima la FAO. Los bosques siguen bajo la amenaza del uso insostenible, de la degradación ambiental, de la rápida urbanización, del crecimiento poblacional y de los impactos del cambio climático. Entre 2010 y 2015, la cobertura boscosa del mundo disminuyó 3,3 millones de hectáreas al año.

Traducido por Verónica Firme

Crédito: Joan Manuel Baliellas/FAO. La pérdida forestal representa una sexta parte de las emisiones de gases contaminantes al año..

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/05/la-busqueda-de-combustible-agota-los-bosques/ 

Vea también: Agotamiento y destrucción de los recursos naturales

Come se queste cifre non fossero sufficienti, Monique Barbut, segretaria esecutiva della Convenzione delle Nazioni Unite per Combattere la Desertificazione  (UNCCD), ha attirato l'attenzione sul fatto che "quando togliamo la foresta non sono solo gli alberi che se ne vanno. L'intero ecosistema comincia a scomparire con conseguenze terribili per noi tutti". Barbut, che ha fornito questi e altri dati in occasione della Giornata Internazionale della Foresta di quest'anno con il tema "Foreste e Energia", ha ricordato che la deforestazione e il degrado forestale sono responsabili di oltre il 17% di tutte le emissioni di gas a effetto serra prodotte dall'uomo.

La responsabile dell'UNCCD non è l'unico esperto a mettere in allarme: l' Organizzazione delle Nazioni Unite per l'Alimentazione e l'Agricoltura (FAO) ha avvertito che fino al 7% delle emissioni globali di gas a effetto serra causate dall'uomo provengono dalla produzione e dall'uso di legna e carbone. Ciò avviene in gran parte a causa di una gestione forestale insostenibile, della produzione inefficiente di carbone e dell'uso della legna come combustibile, secondo la relazione Charcoal Transition  pubblicata il 21 marzo. Corretto, ma un altro dato importante è che per più di due miliardi di persone al mondo, la legna come combustibile significa un pasto caldo, acqua bollita per bere sano e una calda dimora, come ha ricordato il direttore generale José Graziano da Silva.

Persone povere nelle zone rurali

Ciò è particolarmente importante per le persone povere nelle zone rurali dei paesi in via di sviluppo, dove spesso la legna è l'unica fonte di energia disponibile. Le regioni con la più grande incidenza di povertà, soprattutto nell'Africa sub-sahariana e delle famiglie a basso reddito in Asia, sono anche le più dipendenti dalla legna come combustibile: "Quasi il 90% dell'uso della legna e del carbone di legna si ha in paesi in via di sviluppo, dove le foreste sono per i poveri delle zone rurali l'unica fonte di energia disponibile", ha affermato Manoel Sobral Filho, direttore del Segretariato del Forum dell'ONU per le foreste. Purtroppo, gran parte della produzione attuale della legna come combustibile è "insostenibile", e questo contribuisce in modo significativo al degrado delle foreste e del suolo e all'emissione di gas a effetto serra, ha aggiunto Graziano da Silva: "In molte regioni la produzione del carbone viene spesso effettuata con metodi rudimentali e inquinanti". Ha quindi esortato i paesi a invertire queste tendenze negative nella produzione e nell'uso di energia da legna. Attualmente, l'organizzazione che dirige partecipa in diversi programmi per fornire stufe a basso consumo di carburante, in particolare per i poveri dell'America Latina e dell'Africa.

Nel Sud Sudan, in preda a conflitti e carestia, l'organizzazione con i suoi partner ha già distribuito più di 30.000 stufe perfezionate. Da parte sua, il presidente della Fiji, Jioji Konousi Konrote, ha sottolineato: "Dobbiamo rivolgere la nostra attenzione al rafforzamento del trasferimento delle tecnologie dell'energia rinnovabile, in particolare per la biomassa forestale, al fine di garantire che i paesi in via di sviluppo utilizzino queste tecnologie e stiano al passo in modo sostenibile con la crescente domanda energetica". Il governo delle Figi è pronto ad assumere la presidenza  della prossima Conferenza sull'accordo climatico delle Nazioni Unite    prevista per il mese di novembre a Bonn, in Germania.

Una su tre persone dipendono dalla legna per il combustibile

La sfida è enorme sapendo che più di 2,4 miliardi di persone - circa un terzo della popolazione mondiale - fa ancora un uso tradizionale della legna come combustibile per la cucina e molte piccole imprese utilizzano legna e carbone come principali vettori energetici per diversi scopi come la pasticceria, l'elaborazione del tè e la fabbricazione di mattoni. Di tutto la legna utilizzata come combustibile nel mondo, circa il 17% viene convertito in carbone, secondo il rapporto Charcoal Transition. Il punto è che quando si produce il carbone usando tecnologie inefficienti e risorse insostenibili, l'emissione di gas a effetto serra può essere pari a 9 kg di CO2 per ogni kg di carbone prodotto. La relazione sottolinea che, in assenza nel prossimo futuro di alternative realistiche e rinnovabili al carbone, in particolare nell'Africa sub-sahariana, nell'Asia sudorientale e nell'America meridionale, la "greenizzazione", cioè rendere più limpia la catena nella valorizzazione del carbone e l'applicazione di pratiche sostenibili per la gestione forestale è essenziale per attenuare il cambio climatico e favorire le famiglie all'accesso ad energie rinnovabili.

Cambiando il modo in cui si ottiene la legna e si produce il carbone offrirebbe un alto potenziale per ridurre le emissioni di gas a effetto serra, aggiungendo il passaggio da forni o stufe tradizionali a forni moderni altamente efficienti si potrebbero ridurre le emissioni di gas a effetto serra dell'80%. Guardando il livello finale, una transizione da stufe tradizionali a stufe migliorate e all'avanguardia potrebbe ridurre le emissioni di circa il 60%.

"L'energia prodotta dalla legna rappresenta il 27% dell'approvvigionamento totale di energia primaria in Africa, il 13% in America Latina e Caraibi e il 5% in Asia e Oceania", secondo le stime della FAO. Le foreste continuano ad essere minacciate dall'uso insostenibile, dal degrado ambientale, dall'urbanizzazione rapida, dalla crescita della popolazione e dagli impatti del cambiamento climatico. Tra il 2010 e il 2015, l'area forestale globale ha registrato una diminuzione netta di 3,3 milioni di ettari all'anno.

Fonte: http://www.ipsnews.net/2017/05/agony-of-mother-earth-ii-worlds-forests-depleted-for-fuel/

Vedi anche Impatto ambientale dell'industria dei cibi animali  

Foto. La perdida de las selvas contribuie en una sexta parte a las emisiones anuales de gas con efecto sierra. Credito: FAO / Joan Manuel Baliellas

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