Son las empresas, los financistas y los millonarios quienes se benefician dejando a la mayoría de campesinos, comunidades y a los trabajadores, hombres y mujeres, fuera de esos beneficios. Este modelo de mal desarrollo extractivista está obsesionado con el crecimiento y se orienta a la obtención del lucro ampliando el alcance del capital y destruyendo nuestros bienes comunes como el agua, la tierra, el aire, los bosques y los mares. En esta fase del capitalismo mundial, las relaciones de poder se están desplazando y las economías emergentes y las empresas de los países del sur del planeta se están sumando a los poderes tradicionales de los países del norte global para saquear y colonizar los recursos naturales de ambas regiones del planeta. El extractivismo no es solamente la actividad de extraer recursos naturales sino que es un modelo de desarrollo que organiza y define las dinámicas políticas, socio-económicas, culturales y de género tanto en la sociedad como el estado y sus instituciones.
Observamos especialmente qué:
1- Las instituciones financieras internacionales fomentan el extractivismo como el gran motor para estimular el crecimiento económico. En el contexto de la crisis financiera esas entidades y los inversionistas buscan nuevas áreas de inversión lucrativa, la mayoría de éstas adquieren formas de lucro financiero en base a la extracción de recursos naturales como un camino de acumulación rápida y sustancial.
2- Mientras las empresas multinacionales y transnacionales y sus partidarios financieros prometen empleos y desarrollo basados en un nuevo crecimiento, nosotros somos testigos de que la pobreza y la desigualdad aumentan en las comunidades y las naciones afectadas brutalmente por el extractivismo.
3- El extractivismo se caracteriza por una colusión entre el estado y las empresas a través de grandes inversiones financieras, poca transparencia en los acuerdos establecidos y abierta corrupción. Esta complicidad está vinculada con la intervención del estado y los débiles marcos reguladores que resulta en pérdidas considerables de impuestos y fuga de capitales de los países impactados por el extractivismo.
4- El extractivismo involucra a los lugares de extracción, a las actividades de procesamiento, el transporte de los recursos mineros y los procesos de exportación. Por lo tanto, sus impactos se extienden más allá de las áreas mismas de extracción.
5- El extractivismo resulta en el desplazamiento de las poblaciones campesinas, indígenas y rurales puesto que se confiscan sus territorios para la minería, la extracción petrolera, el establecimiento de plantaciones y represas. Se viola constantemente el derecho de las poblaciones indígenas a la toma decisiones sobre su territorio y el derecho a vetar proyectos de desarrollo.
6- El robo de agua acompaña y frecuentemente motiva la usurpación de la tierra cuando las agro empresas, las entidades financieras y los millonarios buscan nuevas fuentes de agua potable, un recurso natural escaso y sujeto a una abierta mercantilización; tendencia que se intensificará en el futuro. Las actividades extractivistas consumen gigantescas cantidades de agua lo que da como resultado su escasez y contaminación.
7- El extractivismo destruye completamente los bienes naturales y ecosistemas de los cuales dependen los medios de vida y reproducción de las poblaciones campesinas e indígenas. Esta tendencia es particularmente dañina para las mujeres pues ellas son en su gran mayoría las que producen lo que el mundo necesita (un 70-80% de la producción alimentaria nacional en el caso de SSA) y son ellas las que tienen responsabilidad principal en el cuidado de los recursos naturales comunes.
8- La mayoría de las actividades extractivista emiten gases invernaderos que contribuyen sustancialmente al cambio climático cuyos efectos (inundaciones, sequías y flujos irregulares de lluvias) tienen un impacto perjudicial en las poblaciones campesinas y la clase trabajadora pobre de los poblados urbano.
9- Los trabajadores, hombres y mujeres, en las industrias extractivistas y las vinculadas a estas, muchos de ellos migrantes, ganan salarios bajos, están sometidos a trabajos peligrosos, expuestos a químicos y tóxicos y están cada vez más sujetos a contratos y condiciones informales de trabajo. Las trabajadoras se ven enfrentadas a una opresión específica: sexo a cambio de trabajo en los lugares de reclutamiento, acoso sexual, violaciones y servicios higiénicos inadecuados.
10- El trabajo no remunerado de las mujeres ha sido funcional a la estrategia de acumulación de las empresas mineras y otras actividades extractivistas durante siglos. La utilización de trabajadores migrantes maximiza las utilidades del capital minero al inhibir la migración familiar. Al tiempo que confina la responsabilidad de la reproducción social de la fuerza de trabajo y de la próxima generación de trabajadores mineros en las zonas rurales.
11- El extractivismo conlleva un aumento de la militarización en las comunidades, y la represión incluye ejecuciones extrajudiciales, tortura, persecución y el acoso de los activistas que luchan contra el extractivismo. Las mujeres enfrentan formas específicas de violencia debido a su condición de género, ello incluye violaciones y acoso sexual a manos de las fuerzas de seguridad privada y la policía/fuerzas armadas estatales.
Reconocemos y saludamos la lucha de las comunidades y los movimientos que en todo el mundo luchan contra del extractivismo y por su tierra, sus medios de vida y la vida misma. Entendemos que enfrentamos el poder de las empresas multinacionales y transnacionales, sus financistas y nuestros propios gobiernos, no obstante estamos comprometidos a construir el poder de las comunidades y movimientos a través de una mayor vinculación y unificación de nuestras luchas en contra de las distintas formas de extractivismo.
Hemos acordado las siguientes acciones concretas para el año en curso:
Deje un comentario