El último informe del SIPRI estima un aumento del 6,8% como consecuencia de las tensiones mundiales y los conflictos armados
El gasto militar en el mundo sigue aumentando, alcanzando un máximo histórico de 2,443 billones de dólares en 2023. El crecimiento interanual del 6,8% es consecuencia directa de la creciente implicación directa o indirecta de las principales potencias militares. Las estimaciones del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), recogidas por la Red Italiana para la Paz y el Desarme, muestran que la humanidad se acerca dramáticamente al peligro de una guerra mundial.
La compra de armas y armamento por parte de Estados Unidos creció un 2,3% hasta alcanzar los 916.000 millones de dólares, lo que confirma al país en el primer puesto de la clasificación mundial con el 37% del gasto militar global. En China, en segundo lugar con 296.000 millones (12% del total), el aumento fue del 6%, mientras que en Rusia fue incluso del 24%, un salto debido a la guerra de Ucrania que lo llevó a 109.000 millones. Obviamente hubo grandes aumentos en la invadida Ucrania (más del 51%, 64.800 millones) y en la vecina Polonia (más del 75%), pero también en Israel (más del 24%).
Las tensiones mundiales llevaron a India a gastar un 4,3% más, siendo el cuarto país del mundo en gasto militar con 83.600 millones de dólares, un porcentaje similar al de Arabia Saudí, que alcanzó los 75.800 millones, situándose en quinto lugar (Asia News). A continuación, en Japón hubo un plus del 11% y en Europa, impulsada principalmente por Europa del Este, un plus del 16%, el mayor crecimiento anual de la región en el periodo posterior a la Guerra Fría. Con un gasto total de 51.600 millones de dólares, África experimentó un aumento del 2,1% (Nigrizia), registrando Argelia un plus del 76% (18.300 millones). En la República Democrática del Congo (más del 105%) y Sudán del Sur (más del 78%) se estiman que los importes son menores, pero se han disparado.
El sólo aumento global en 2023, de más de doscientos mil millones, casi iguala el total de la ayuda pública para el desarrollo mundial (AOD) en el mismo año. El enfoque militarista para resolver los problemas del mundo está creando una peligrosa escalada.
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