Como a menudo sucede en la historia, las emergencias de Occidente - como la epidemia de la COVID - y de Asia - como la crisis afgana - dejan a África a un lado haciendo olvidar su papel económico y humano en la historia del mundo. Esta mirada, que viene directamente desde África, nos ayuda a recordar este continente de más de 1.000 millones de personas
No debemos olvidar.
África alberga el 97% de las reservas mundiales de cobre y el 80% de las reservas mundiales de coltán. El coltán es uno de los componentes fundamentales en todos nuestros teléfonos, cámaras fotográficas y videojuegos. En República Democrática de Congo se encuentra el 50% de las reservas mundiales de cobalto, que se utiliza para motores de aviones, turbinas, armamento, etc. Posee el 57% de las reservas mundiales de oro, el 23% de las reservas mundiales de uranio y de fosfato. De África proviene el 32% de las reservas mundiales de manganeso (acero, aluminio, baterías eléctricas, fertilizantes, etc.), el 41% de las reservas mundiales de vanadio (cerámica, acero, aluminio, etc.), el 49% de las reservas mundiales de platino. La mitad del consumo de platino está vinculado al mercado de la automoción (escape catalítico) y el 79% de las reservas africanas de platino se encuentran en Sudáfrica. Algunos países africanos forman parte de los principales productores mundiales de diamantes que son: Rusia, Botsuana, Australia, RD-Congo y República Centroafricana.
Los países árabes, Nigeria y otros estados del África negra tienen importantes reservas de petróleo y gas natural, que suponen el 14% de las reservas mundiales. Los recursos hídricos -pensemos solamente a la cuenca del río Congo - también son muy importantes, aunque no se exploten lo suficiente.
En lo que respecta al sector alimentario, África tiene tierras fértiles, bosques y grandes caladeros de pesca. La mayoría de estos recursos están infra explotados o monopolizados por empresas extranjeras.
Natalidad.
La demografía en África está evolucionando: 36,45 millones de nacimientos por año. La tasa de natalidad africana es especialmente alta en África subsahariana y central. África superó la cifra de mil millones de personas en 2011. El récord mundial de fertilidad pertenece a Níger, con más de 7 niños/mujer. La población más joven también se encuentra en Níger con un 49% menor de 15 años. Nigeria será en 2050 el tercer país más poblado del mundo con 433 millones de habitantes, superando a los Estados Unidos. La tasa de fecundidad de las adolescentes es extremadamente alta en África occidental y central. La tasa media de natalidad de las adolescentes es de 146 por 1.000.
Juventud y empleo
África tiene 200 millones de jóvenes entre los 15 y los 24 años, lo que representa el 20% de la población. En 2005, el 62% de la población total de África tenía menos de 25 años. Si a eso se le suma la tasa de fertilidad que sigue siendo alta, el resultado es una tremenda presión sobre los países africanos para crear puestos de trabajo y una reserva de mano de obra que asusta, ya que África, como el resto del mundo, se enfrenta a grandes dificultades para lograr que los jóvenes accedan al mercado de trabajo. De hecho, el 43% del total de la población mundial desempleada son jóvenes, mientras que solo representan el 25% de la población activa.
En África, 3 de cada 5 desempleados son jóvenes. El 72% de la población juvenil vive con menos de 2 dólares al día. Sin embargo, los jóvenes africanos no son un grupo homogéneo y sus perspectivas de empleo varían según la región, el sexo, la edad, el nivel de educación, la etnia y la salud. Muchos jóvenes intentan salir de la pobreza migrando a zonas urbanas, aunque esto no implica necesariamente una mejora en su calidad de vida. En África, los jóvenes representan el 36,9% de la población activa y el 59,5% del total de los desempleados, un porcentaje muy superior al del resto del mundo. El porcentaje de desempleo juvenil en relación con el total de desempleados alcanza el 83% en Uganda, el 68% en Zimbabue y el 56% en Burkina Faso. La tasa de desempleo juvenil suele ser superior a la de los adultos y afecta más a los jóvenes que han recibido formación.
El desempleo también afecta más a las mujeres jóvenes: ellas tienen más probabilidades de no encontrar trabajo. Por otro lado, las mujeres trabajan más horas que los hombres. En Etiopía, por ejemplo, las mujeres trabajan un promedio de 48 horas semanales en comparación con las 32 horas semanales de los hombres. Las mujeres dedican 36 horas de su tiempo de trabajo semanal a las tareas del hogar, en comparación con las 15 horas de los hombres.
¿Guerra contra África?
África es, por tanto, ‘un gigante demográfico’. La globalización quiere que se reduzca la tasa de natalidad en África (subsahariana) por varias razones. Es una forma de aniquilar a la población del ‘Tercer Mundo’, un poder en ciernes. Para ello se utilizan muchos pretextos, empezando por la degradación del clima, olvidando que, por todas partes, en el mundo son las empresas multinacionales las que están en la raíz de la degradación del clima. Si no fuera por la Amazonia y la selva tropical africana, ¿no sería el mundo peor que hoy?
Los métodos anticonceptivos, el aborto y similares se propagan en África limitando las libertades individuales y sociales de elección que los ricos reclaman para sí mismos. En África, todavía hay espacios deshabitados. Al limitar los nacimientos, nadie explotará estos espacios, ¿será para que puedan ser acaparados por potencias extranjeras?
Esta presión para que la demografía se reduzca en África está alimentando la idea de que ciertas enfermedades y guerras que enfrenta el continente están saliendo de laboratorios maliciosos para lograr una reducción demográfica forzada.
Los líderes africanos y los países amigos, por el contrario, deberían postularse para crear puestos de trabajo, armonizar el mundo empresarial (tasas e impuestos) con el fin de atraer inversores, regularizar el sistema educativo mediante la promoción de la educación técnica y profesional para luchar contra el desempleo que, en gran medida, está a la base de la emigración.
El crecimiento de la población es de hecho un factor de desarrollo cuando se encuentra con una adecuada organización de las estructuras estatales que orienta a los jóvenes a desempeñar su papel en la sociedad. Es la infernal desorganización de las instituciones, a pesar de los múltiples recursos naturales, lo que condena, por ejemplo, el vasto territorio congoleño a vivir en la miseria. Una desorganización de un Estado que, sin embargo, hace el juego a las potencias extranjeras para que se apoderen de sus inmensas riquezas.
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