Mientras la ONU prosigue su interminable saga sobre la reforma del Consejo de Seguridad (CSNU), una de las anomalías políticas que sigue apareciendo es la ausencia de África, entre los cinco miembros permanentes (P5), privilegio concedido únicamente a Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y la Federación Rusa. El continente africano, que ha quedado fuera, está formado por 55 Estados con una población total de más de 1.400 millones de personas.
En su lista de "prioridades para 2024", el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, destacó la reforma del Consejo de Seguridad - una cuestión pendiente en una institución que tiene casi 79 años - cuando dijo a los delegados el 7 de febrero que "es totalmente inaceptable que el continente africano siga esperando un puesto permanente". Guterres decía : "Nuestro mundo lo necesita urgentes acciones : la reforma del Consejo de Seguridad; la reforma del sistema financiero internacional; la participación significativa de los jóvenes en la toma de decisiones; un Pacto Digital Global para maximizar los beneficios de las nuevas tecnologías y minimizar los riesgos y una plataforma de emergencia para mejorar la respuesta internacional a los choques globales complejos".
Mas, respondiendo a una pregunta en una rueda de prensa durante la Cumbre del Sur en Uganda, Guterres criticó también lo que llamó "una clara, flagrante injusticia, que no haya ni un solo miembro permanente africano en el Consejo de Seguridad".
Y, según dijo, una de las razones es que la mayoría de los países de África no eran independientes cuando se crearon las instituciones de la ONU. "Pero en recientes declaraciones públicas, he visto que los miembros permanentes son favorables a que haya al menos un miembro permanente africano. Estados Unidos lo ha dicho, la Federación Rusa también, China se ha mostrado positiva en este sentido, Reino Unido y Francia también".
"Así que, por primera vez, tengo la esperanza de que sea posible al menos una reforma parcial del Consejo de Seguridad de la ONU para que se corrija esta flagrante injusticia y África tenga al menos un miembro permanente en el Consejo de Seguridad". Pero no está garantizado, advirtió, porque nada depende del secretario general. "Depende exclusivamente de los Estados miembros, de la Asamblea General, pero por primera vez creo que hay motivos para la esperanza".
Mientras tanto, la región de América Latina y el Caribe (ALC), que cuenta con más de 670 millones de habitantes, con 12 países latinoamericanos y 21 territorios autónomos, la mayoría en el Caribe, también está ausente como miembro permanente del CSNU.
Martin S. Edwards, decano asociado de Asuntos Académicos y Estudiantiles de la Escuela de Diplomacia y Relaciones Internacionales de la Universidad Seton Hall, en Nueva Jersey, afirma: "Creo que deberíamos estar hablando seriamente sobre cuestiones de representación en el Consejo de Seguridad, pero el reto es cómo pasar de la retórica a una propuesta seria".
Hay diferentes maneras de enmarcar esto, señaló. "El G20 incorporó a la Unión Africana como miembro y, por supuesto, también podríamos pensar en asientos regionales en la línea del Consejo de Derechos Humanos. Pero dicho esto, la cuestión clave es cuál es la petición".
La postura de Estados Unidos ha sido aumentar la representación regional sin veto. "Soy consciente de que esto podría no llegar tan lejos como los defensores querrían, pero dado que ya hay en marcha un movimiento significativo para deslegitimar el veto, insistir en el veto pondría en entredicho esos esfuerzos".
Pero el reto mayor y no abordado de todas las propuestas de reforma es que no respetan las realidades de la política interna estadounidense. El Senado de Estados Unidos tendría que aprobar cualquier cambio propuesto en la Carta, y la ventana para cualquier reforma propuesta está ahora prácticamente cerrada debido a las realidades del calendario electoral estadounidense, declaró Edwards.
En respuesta a una pregunta en una rueda de prensa, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, afirmó que la opinión del secretario general refleja la de mucha gente. "Hay todo un continente en el que, de hecho, se lleva a cabo gran parte del trabajo de paz y seguridad de la ONU. Y ningún Estado miembro de ese continente se sienta en el órgano que debate y decide las políticas relativas a la paz y la seguridad".
Y ha hablado de la injusticia de aquellos países que fueron colonias y que fueron penalizados dos veces: una, por ser colonizados y, otra, por no estar siquiera en la mesa cuando se discutió la arquitectura del sistema multilateral. "Cómo decidan los Estados miembros la reforma del Consejo de Seguridad, cómo será, dependerá de ellos".
Purnima Mane, ex Presidenta y directora ejecutiva de Pathfinder International y ex subsecretaria general y directora ejecutiva Adjunta del UNFPA, afirmó que el lamento del secretario general (SG) por la injusticia que supone la ausencia de un solo miembro permanente africano en el Consejo de Seguridad abre un antiguo debate sobre la pertinencia del marco original utilizado para nombrar los miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
En su opinión, el debate sobre la pertinencia de la actual composición permanente del Consejo de Seguridad no es nuevo, pero en realidad no ha ido a ninguna parte. La cuestión de la pertinencia en el mundo moderno de la condición de miembro permanente basada en razones históricas se ha eludido en cierta medida al establecer la posibilidad de la condición de miembro no permanente.
"En sus comentarios, el SG afirmó que cada uno de los cinco miembros permanentes actuales ha expresado su apertura a este cambio, pero que, cuando llegue el momento de la verdad, no será fácil llegar a unas normas de aplicación claras”. Planteó luego varias preguntas pertinentes: "¿Se modificarán por completo las actuales normas de composición del CS de la ONU? ¿Cuántos puestos permanentes se crearán? ¿Se limitará el número de miembros a un país concreto, como ocurre actualmente, o se basará en una asignación regional, como en el caso de África, como sugiere el secretario general? ¿Y cuál será el proceso para determinar qué país obtiene este privilegio y si será a perpetuidad o rotatorio, como los miembros no permanentes?”
Añadió que se plantearán muchas cuestiones, incluida la voluntad de los cinco miembros permanentes de actuar sobre lo que el SG denomina su apertura a que un país africano se una al cuadro de miembros permanentes, y la respuesta de otras regiones que actualmente no están representadas en los miembros permanentes.
"Sabiendo lo complejos que pueden ser los procesos en la ONU, cualquier proceso de cambio en el modelo de membresía está destinado a ser largo, complejo y resistido por algunos países. Si se plantea la cuestión de la justicia y la equidad, los países miembros de la ONU bien podrían cuestionar la pertinencia en el mundo actual de la necesidad de mantener las razones históricas para el establecimiento de la composición permanente del Consejo de Seguridad", argumentó.
Esto sin duda abre la puerta a una definición más amplia de la pertenencia al Consejo de Seguridad, cuestionando la jerarquía de privilegios que podría considerarse injusta en el mundo actual.
Sin duda, la ONU podría beneficiarse de un debate de esta naturaleza. Aunque este debate implique procesos largos y complejos para llegar a cualquier resolución, sin duda merece la pena el esfuerzo para garantizar que la pertenencia a la ONU se considere igual, en esencia, a los ojos de todos sus miembros.
Véase, Africa’s Absence as Permanent Member a “Flagrant Injustice,” says UN Chief
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