En uno de los episodios de Peppone y don Camilo, Giovannino Guareschi en sus cuentos relata el diálogo entre don Camilo y Jesús. A la pregunta de don Camilo: “Señor, ¿qué es ese viento de locura? ¿No es que el círculo se cierra y el mundo corre hacia su rápida autodestrucción? ¿Qué podemos hacer?".
Jesús desde la cruz después de reprender al sacerdote por su pesimismo le dice: "Debemos salvar la semilla. Cuando el río haya vuelto a su cauce, la tierra resurgirá y el sol la secará. Si el campesino ha guardado la semilla, podrá echarla en la tierra, que será aún más fértil por el limo del río, y la semilla dará fruto, y las espigas hinchadas y doradas darán a los hombres pan, vida y esperanza. Hay que salvar la semilla".
La semilla, para Don Camilo/Guareschi, es la fe. Y es una respuesta para todos, para todos los creyentes en la humanidad, es la fe en lo que hace del hombre un ser humano. Todos debemos comprometernos a salvar la semilla, la semilla que nos hace humanos, aquella por la que entendemos que toda vida es sagrada y que hay un destino común que nos une a todos. Esto nos hace dar cuenta de que deshumanizar al adversario y desear su muerte arrastra a todos a un abismo sin retorno posible: al torbellino del odio que es una fuerza destructora de toda cosa bella y justa.
Hay que ir en búsqueda de los que guardan esta semilla, como Diógenes con su linterna. ¿Recuerdas los comienzos de la filosofía occidental? Entre los años 400 y 300 a.C., un extraño personaje recorría Atenas de día con una linterna: se llamaba Diógenes. A los que preguntaban por qué siendo de día llevaba esa linterna, él respondía: "Busco al hombre". También nosotros busquemos ejemplos de humanidad.
El tiempo de Adviento y Navidad, sea cual sea nuestra fe - la "semilla" en la que creemos - es el tiempo apropiado para esta búsqueda.
Veas, Come Diogene giro con la lanterna in cerca di esempi di umanità
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