La tenencia de las tierras agrícolas, hoy en día, está al centro de numerosas discusiones y conflictos. Al parecer también, la tenencia de tierras de forma comunal es percibida como la única manera de contrarrestar el acaparamiento de tierras.
Sin embargo, tal forma de tenencia fue desechada cuando la Ley Romana introdujo el concepto de dominium y, explotó en tiempos más cercanos con la Ley de los Encierros (Enclosures), en la Inglaterra del siglo XIX. Según Alanna Hartzok, "durante varios cientos de años se aprobaron 4.000 actos de cerramientos privados que abarcaron unas 7.000.000 hectáreas. Probablemente, la misma cantidad de área fue cercada sin aprobación del Parlamento. Alrededor de dos tercios de esas tierras eran campos pertenecientes a aldeanos, mientras que un tercio involucraba áreas comunes, como bosques y brezales. En el censo de 1086, más de la mitad de la tierra arable pertenecía a los aldeanos. En 1876, 2.225 personas poseían a ellas solas la mitad de las tierras agrícolas de Inglaterra y del Gales, y el 0,6% de la población poseía el 98,5% de ellas. A medida que entraban en uso nuevos métodos y tecnologías agrícolas, los terratenientes aumentaban las rentas de sus tierras en cantidad exponencial. Y como se fue desarrollando la economía del efectivo, el dinero de la renta se fue acumulando en manos de los terratenientes y la situación de la gente fue empeorando. Para sobrevivir, a veces estas se veían obligadas a pedir dinero prestado a los titulares, a altas tasas de interés" (The Earth Belongs to Everyone - La tierra le pertenece a cada uno, 2008, p.36).
El cercamiento era el proceso legal en Inglaterra – esto no significa que fuera justo - para reunir una cantidad de pequeñas propiedades y crear granjas más extensas. Una vez que las tierras eran cercadas, su uso se restringía al propietario y la tierra dejaba de ser común para uso comunal. El cercamiento se introdujo después de la firma de la Carta Magna en 1215 y marcó "la supresión directa y violenta de los pueblos indígenas de Europa. Entre los siglos XIII y XVII, masas de campesinos fueron desalojados de sus posesiones o vieron su tierra común cercada para criaderos de ovejas" (Ib.: p. 31). En otra parte de Inglaterra, la historia de Irlanda fue una anticipación de los acaparamientos de tierras modernos, es decir, "de los que se dan hoy en el Tercer Mundo. En 1801, Gran Bretaña convirtió a Irlanda en parte de su imperio y disolvió el Parlamento irlandés. Desde entonces, los protestantes tuvieron todas las ventajas ya que tenían su voz en el Parlamento británico, mientras que la mayoría católica no tenía este derecho. A los productos irlandeses fueron aplicados fuertes impuestos y los británicos llegaron a controlar casi todas las tierras de cultivos de Irlanda. Los arrendatarios tenían que dar sus cosechas completas a los propietarios a cambio de la renta. Cuando las cosechas de papas, que eran su subsistencia, fallaban por plagas, no tenían nada a que recurrir. Unas tres millones de personas murieron de inanición y enfermedad entre 1845 y 1849, mientras que un millón huyó a EE. UU. y Canadá. La población de Irlanda, de ocho millones, se vio reducida a la mitad. Durante la hambruna, Irlanda exportó a Inglaterra suficientes granos, ganado, cerdos, mantequilla y huevos ‘para alimentar a los irlandeses dos veces’" (Elisabeth Ward, When Ireland was Europe’s Ethiopia Cuando Irlanda era la Etiopía de Europa, citada en la página 36).
Sin embargo, esta realidad amenazadora se encontró con la oposición de unos líderes que son los precursores ante tiempo en la defensa de la tierra. En la Inglaterra del siglo XVII, aparecieron los Diggers (cavadores) que "se parecían mucho a profetas para los derechos de la tierra". Los Diggers eran un grupo de protestantes radicales, vistos a veces como precursores del anarquismo moderno y asociados con el socialismo agrario. En cuanto seguidores de Gerrard Winstanley eran conocidos como The True Levellers (Los verdaderos niveladores), porque querían ("nivelar") reformar el orden social existente con un estilo de vida agrario, basado en las ideas de pequeñas comunidades rurales igualitarias y de igualdad económica inspiradas en el Libro de los Hechos. Más tarde se conocieron como Diggers. Gerrard Winstanley, en su "Nueva Ley de Justicia", vio claramente las fuerzas en juego cuando afirmó: "Los ricos, en su recinto dicen 'esto es mío' y los pobres en su tierra común dicen 'esto es nuestro, la tierra y sus frutos son comunes’. ¡Deja el dominio y el señorío de uno sobre el otro ya que la humanidad en su conjunto no es más que la tierra viviente!".
Incluso antes de los Diggers, Thomas More (1478-1535), canciller de Inglaterra, "hizo llamados apasionados contra las injusticias crueles cuando se venía derribando pueblos enteros para dar paso a la industria más rentable de la cría de ovejas, y se volcaban familias enteras a la deriva en las carreteras para morirse de hambre. Su plan, para una Inglaterra mejor, se basaba en una completa propiedad común. More fue asesinado como un mártir. El significado à la raíz de esta palabra mártir es el que recuerda y se preocupa"(Ib. p.35). "Lo que ha sido será otra vez, y lo que se ha hecho se hará de nuevo; no hay nada nuevo bajo el sol" (Eclesiastés 1: 9): ¿por qué entonces la humanidad es tan lenta en aprender de su propia historia? Tal vez, porque, "Los seres humanos son incapaces de sobrellevar toda la realidad" (T.S. Eliot)
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