El informe "Pequeños esclavos invisibles" de Save the Children denuncia un fenómeno que afecta también a Europa e Italia. En los primeros cinco meses de 2024, se realizaron 1.150 nuevas evaluaciones de potenciales víctimas.
A nivel mundial, casi 50 millones de personas son víctimas de distintas formas de esclavitud moderna. De estas, más de 12 millones son menores, obligados principalmente al trabajo forzoso —que incluye explotación sexual, laboral y actividades ilícitas— y a matrimonios forzados, un fenómeno en aumento. Estos datos provienen del XIV informe "Pequeños esclavos invisibles" de Save the Children, publicado en vísperas del Día Internacional contra la Trata de Personas, el 30 de julio.
Según las estimaciones, entre los menores, 3,3 millones están implicados en trabajo forzoso, principalmente en explotación sexual (1,69 millones) o laboral (1,31 millones), en sectores como trabajo doméstico, agricultura, manufactura, construcción, mendicidad o actividades ilícitas. Además, 320.000 niños son obligados a realizar trabajos forzados por el Estado, como prisioneros, disidentes políticos o pertenecientes a minorías étnicas o religiosas perseguidas. Los menores, víctimas de matrimonios forzados, son 9 millones.
El fenómeno de los matrimonios forzados es más común en Asia Oriental (14,2 millones de personas afectadas en 2021, más del 66% de los casos estimados), seguido muy de lejos por África (3,2 millones de personas, el 14,5%), y Europa y Asia Central (2,3 millones de personas, el 10,4%). La mayoría de los matrimonios forzados son organizados por los padres (73% de los casos) o por familiares cercanos (16%) y suelen estar relacionados con situaciones de gran vulnerabilidad, como servidumbre doméstica o explotación sexual.
En cuanto a la trata y explotación, en 2020, año de la pandemia, se identificaron 53.800 víctimas a nivel mundial; de ellas, el 35% eran menores (18% mujeres y 17% hombres). Este informe refleja la punta del iceberg de un problema mucho más amplio y oculto. Entre 2011 y 2021, poco más de un cuarto de las víctimas identificadas eran niños, niñas o adolescentes. La franja de edad con mayor número de víctimas es la comprendida entre los 9 y 17 años (21,8%).
Identificar y apoyar a las víctimas de trata y explotación es complejo, especialmente cuando se trata de menores solos, vulnerables, sometidos a violencia física o psicológica u obligados a pagar una deuda bajo amenazas constantes, coacción y engaños. El informe "Pequeños esclavos invisibles" se dedica a ellos. Uno de estos menores es Abdoulaye, un joven de 16 años de Guinea, quien huyó de los maltratos y, al llegar a Europa, cayó en manos de traficantes. Hoy, está en un centro para menores en Italia, estudia y juega al fútbol. "Siento que aquí estoy en casa", dice. "Lo que viví no se lo deseo ni a mi peor enemigo".
La trata y explotación también afecta a Europa e Italia. Entre 2017 y 2021, en Europa se registraron alrededor de 29.000 víctimas de la trata. La mayoría son adultos (84%) y mujeres (66%), pero también hay una significativa proporción de menores (16%). Entre los menores de 11 años, la distribución es casi igual entre niños y niñas, pero en el grupo de 15 a 17 años la prevalencia femenina alcanza el 77%.
Los menores, víctimas de la trata, están especialmente expuestos a abusos psicológicos, físicos y sexuales que los adultos. En particular, el 69% de los menores sufre una forma de control psicológico, el 52% es amenazado y engañado con falsas promesas, mientras que un 46% está sujeto a control físico. Como muestran los datos, a menudo las formas de control ejercidas por los traficantes sobre los niños y adolescentes se superponen, creando una red densísima de la cual es extremadamente difícil liberarse.
En Italia, entre enero y mayo de 2024, la Línea Roja de asistencia nacional en ayuda a las víctimas de la trata y de los abusos, ha realizado 1.150 nuevas evaluaciones de potenciales víctimas. Aunque los flujos migratorios desde Nigeria han disminuido considerablemente, la nacionalidad nigeriana sigue siendo la principal en el territorio italiano en cuanto al número de evaluaciones de nueva victimas (25,2%), seguidas de ciudadanos de Costa de Marfil (13,6%) y Marruecos (11,2%).
Los menores evaluados en estos primeros cinco meses de 2024 fueron 62, el 5,4% del total, de los cuales el 62,7% eran varones y el 37,3% mujeres. El 81,3% de los menores evaluados tiene entre 16 y 18 años. Los países de origen predominantes son Túnez (19,4%), Bangladesh y Pakistán (11,3%), Costa de Marfil (12,9%), Nigeria (9,7%), Egipto (8,1%), Sierra Leona y Guinea (6,5%), y Gambia (4,8%). En el mismo período, los servicios contra la trata han atendido a 320 víctimas, de las cuales el 55,3% son mujeres, el 40,3% hombres y el 4,4% personas trans-género. Los ámbitos de explotación son el laboral en el 33,1% de los casos, el sexual en el 25% y los matrimonios forzados en el 3,4%. Los menores atendidos son 14, de los cuales 9 son chicos y 5 chicas; además, 25 están aún en una fase de evaluación del caso.
En el análisis de las agencias de la ONU, la falta de canales de acceso seguros y regulares realmente accesibles crea la condición para que las personas migrantes recurran a los traficantes para cruzar las fronteras transnacionales, exponiéndose al peligro de ser interceptadas también por organizaciones criminales internacionales ligadas a la trata de personas. En estos casos, la trata de personas y el tráfico de migrantes se intersectan y la persona migrante, al encontrarse en una situación particular de vulnerabilidad, queda expuesta al riesgo de varias formas de explotación en los países de tránsito y de destino.
“No podemos cerrar los ojos”, comenta Raffaella Milano, directora de Investigación y Formación de Save the Children, hablando de un “drama extendido en el mundo, pero también presente en nuestro país. Niños, niñas y adolescentes traicionados por el mundo de los adultos que abusaron de su confianza y pisotearon sus sueños. Este dossier – añade – está dedicado a las historias de los menores, víctimas de trata y explotación, acogidos en el circuito de protección italiano. Son solo una pequeña parte – la “punta del iceberg” – de un fenómeno sumergido, amplio y extendido. Estamos convencidos de que escuchar sus historias – el punto de vista de las víctimas – puede ayudarnos a conocer mejor esta terrible plaga para fortalecer las redes de prevención y combate”.
Para Milano, “la trata y la explotación es un fenómeno que cambia rápidamente y es fundamental que su conocimiento y mapeo territorial se alimenten constantemente del compromiso de las instituciones, de la autoridad de seguridad pública, de las entidades locales y del tercer sector. Hace solo un año – recuerda – el informe “Pequeños Esclavos Invisibles” desvelaba la condición de los hijos e hijas de los jornaleros que trabajan en los terrenos agrícolas de Ragusa y Latina, poniendo en evidencia una situación de explotación llevada hoy a las noticias tras la muerte de Satnam Singh. Es necesario que a la conmoción e indignación por este y otros dramas le siga una acción continuada y exhaustiva de combate al tráfico y explotación de seres humanos, así como un firme compromiso de apoyo a las jóvenes víctimas acogidas en el sistema de protección, para que, tras haber vivido una de las experiencias más devastadoras que un chico o una chica pueden enfrentar, se les acompañe en la construcción de un futuro diferente y libre”.
A todas las instituciones competentes, Save the Children pide “aumentar el esfuerzo para combatir la trata de seres humanos, con especial atención a las víctimas menores de edad. A este respecto – aclaran –, es necesario avanzar en la implementación y actualización de las acciones previstas en el Plan Nacional de Acción contra la Trata y la Explotación Grave de Seres Humanos 2022-2025, así como fortalecer el compromiso para profundizar en los fenómenos emergentes de trata de menores, incluyendo nuevas formas de trata y/o explotación como el tráfico electrónico, la explotación dentro de las casas y en lugares cerrados, la participación en actividades ilícitas, la explotación múltiple o en asentamientos informales, también con el fin de actualizar los indicadores de trata y explotación infantil e identificar las áreas territoriales más afectadas por el fenómeno”.
Además, la organización invita a “garantizar que los procedimientos de derivación para la identificación de menores víctimas de trata se implementen al llegar, en los puntos fronterizos, en los casos de detección en el territorio nacional y en las fases de primera y segunda acogida, para un acceso rápido a servicios de protección, asistencia e integración adecuados y para un acompañamiento multidimensional (social, sanitario, legal, educativo, etc.) que responda de manera puntual a las necesidades específicas de los menores extranjeros, en particular de los menores no acompañados que llegan a Italia sin figuras adultas de referencia”.
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