Llamamiento de monseñor Bayemi Matjei, obispo de Camerún: "Creamos riqueza en África porque cada uno prefiere quedarse en su patria”.
Hay que garantizar el derecho a no emigrar, la libertad de elegir si emigrar o quedarse.
Según el Papa Francisco, garantizar la libertad de elegir si emigrar o quedarse es responsabilidad de todos. Una meta lejana, pero posible "si sabemos trabajar por ella. Sin más egoísmos. Poniendo la promoción de cada persona y el cuidado de la casa común en el centro de todo proceso de desarrollo".
El Pontífice afirma: "El camino sinodal que, como Iglesia, hemos emprendido, nos lleva a ver en las personas más vulnerables (y entre éstas a los emigrantes y refugiados) compañeros especiales de viaje. Que deben ser amados y cuidados como hermanos y hermanas. Sólo caminando juntos podremos llegar lejos y alcanzar la meta común de nuestro viaje".
Hoy, para muchos, aunque no para todos, emigrar no es una elección libre, sino la única elección. Por el contrario, a todo ser humano se le debe garantizar, en primer lugar, "un derecho aún no codificado, pero de importancia fundamental": el de "no emigrar, es decir, la posibilidad de vivir en paz y con dignidad en su propia tierra". Saber que "los recursos del mundo no son ilimitados y el desarrollo de los países económicamente más pobres depende de la capacidad de compartir que se puede generar entre todos los países".
Derecho a no emigrar
A reiterar el llamamiento del Papa a favor del derecho a no emigrar se encuentra monseñor Sosthène Léopold Bayemi Matjei, obispo de Obala, Camerún. El obispo abordó el problema de la emigración de su país a través de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).
Obala es una diócesis rural de unos 800.000 habitantes. Más de la mitad son católicos.
"No sólo los cristianos, sino todos los cameruneses prefieren quedarse en su patria. Si nos fijamos en las cifras de emigración a Europa, desde hace unos 20 años ha aumentado el número de cameruneses que quieren ir a Francia e Italia. Esto se debe al empeoramiento de la situación sociopolítica interna. Por ejemplo, un médico en Camerún gana unos 350 euros al mes. Con un salario tan bajo", dice el prelado, "no puede ganarse la vida. El espíritu empresarial no se desarrolla porque no hay un acceso decente a los recursos económicos. Nuestros bancos, todos franceses o ingleses, cobran intereses por los préstamos de hasta el 10-12%. Nuestra moneda, el franco CFA, está controlada por Francia. Esto ocurre en Camerún y en otros 13 países africanos. Y estamos obligados a destinar la mitad de nuestros recursos al Banco de Francia".
Inestabilidad
El obispo de Obala explica: "A los chicos les gustaría quedarse en casa. Pero se ven obligados a emigrar. Llevamos seis años de inestabilidad por culpa de Boko Haram. Y por los enfrentamientos entre anglófonos y francófonos, que utilizan los recursos económicos para subvencionar sus guerras. Y no para crear y fomentar el desarrollo profesional, las infraestructuras y las instalaciones que nuestro país necesita. La situación se complica y agrava por la corrupción. Asistimos a una carrera por el poder y hasta tememos un golpe de Estado".
Otro factor determinante es el cambio climático. “En nuestra región, las lluvias solían llegar en las vacaciones de agosto. Pero desde hace cuatro años esto ya no ocurre. Y hemos pasado a estar sin agua hasta finales de septiembre, lo que ha dañado las tierras de cultivo. Los artesanos no tienen oportunidades de trabajo. Además, la formación profesional no se completa por falta de recursos. Otra cuestión importante es la tecnología. En Occidente existe una gran capacidad tecnológica que no se transfiere a los países africanos. Tenemos los recursos humanos para satisfacer las necesidades del trabajo industrial si se realizaran las inversiones adecuadas".
Conflicto
Frente a una Europa en perpetua lucha por gestionar la emergencia de la inmigración, Monseñor Bayemi Matjei subraya que la prevención es crucial.
"Camerún, antes del conflicto entre anglófonos y francófonos y antes de la violencia de Boko Haram, era una isla de paz. Incluso si alrededor de nuestro país había Estados con graves problemas como Chad, Nigeria, la República del Congo, la República Centroafricana", afirma. “Éramos conscientes de que llegarían emigrantes de esas tierras. Pero no estábamos preparados para acogerlos. Es necesario un cambio total. Y para ello hay que empezar por la gestión de la emergencia. Con el objetivo de crear un futuro, de dar esperanza. Está bien prever los flujos y regularlos con los medios de control estatales, pero es mejor dar a la gente la posibilidad de quedarse en casa".
Lucha contra la pobreza
El obispo Bayemi Matjei describe a continuación las limitaciones de las actuales políticas de desarrollo. "Soy obispo desde hace 13 años. Y estoy muy comprometido con el desarrollo. Me he reunido con representantes del Fondo Monetario Internacional. Les he pedido que se comprometan no sólo con los gobiernos, sino también con quienes viven en condiciones problemáticas y deberían recibir ayuda. Muchas contribuciones se utilizan mal. Al faltar la confrontación directa, se genera parálisis. Las intervenciones deben abarcar toda la cadena de producción. Por ejemplo, Dinamarca inició hace años un proyecto para crear pozos de agua. Construyeron las infraestructuras en los pueblos. Conectaron los acueductos a los ríos. Pero no hicieron formación a la gente local. Dejaron la infraestructura pero no nos enseñaron a mantenerla. Ahora nos encontramos sin asistencia técnica y teniendo que cubrir el coste del combustible para hacer funcionar las máquinas".
Inversión y solidaridad
En cuanto a las iniciativas concretas tomadas por la diócesis, el prelado parla del plan pastoral específico que ha desarrollado. "He construido una escuela agrícola para formar a los jóvenes cuando se gradúen. Pero después de la formación, que dura tres años, es necesario entrar en el mundo del trabajo. Entonces estamos creando cooperativas para formar a chicos y mujeres. Algunas mujeres se han unido. Han combinado sus capacidades económicas y ya hacen inversiones por su cuenta para aumentar su producción".
Monseñor Bayemi Matjei concluye con un llamamiento a los católicos europeos y, en particular, a los bienhechores de AIN. "Conozco los proyectos de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) y su gran importancia. AIN hace un buen trabajo, los benefactores deben tener confianza. Los proyectos pastorales son importantes. También lo son los de autodesarrollo destinados a formar a los jóvenes y acompañarlos en su entorno laboral. Sigan apoyándonos. Pero permítannos crear riqueza en África. Ayúdennos a formar la mentalidad adecuada, también a través de proyectos pastorales. No es fácil, pero es importante".
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