La ingratitud no sólo es moralmente incorrecta, sino que también conlleva consecuencias negativas en la vida. De hecho, "la ingratitud seca la fuente de la bondad" y "la persona ingrata quema sus puentes". No solo, "No insultes a un cocodrilo antes de cruzar el río" (Ewe, Togo). "La gratitud es la mayor de las virtudes, la ingratitud el peor de los vicios" (Thomas Fuller).
Bajo el abrasador calor del sol africano del mediodía, mientras el Jabalí guiaba a sus crías de vuelta después de revolcarse en el lodo en el abrevadero, escuchó a un León que gemía ruidosamente. Desconfiando de él, el Jabalí estaba a punto de retroceder y tomar otro camino, cuando el persistente gemido del León despertó su curiosidad.
Cautelosamente se acercó al León quedándose a una distancia prudente, listo para defender a sus crías; entonces, mientras el sol continuaba quemando la tierra roja a su alrededor, notó que una pata del León había quedado atrapada en una trampa. Cuanto más luchaba, más se enredaba el León. La lucha había agotado la energía de la fuerte bestia y, mientras yacía débil y atrapada sobre la hierba seca y quebradiza, el León agitaba su larga cola con angustia.
“He estado aquí tendido durante días y no he comido”, protestó el León. “Por favor, sálvame, Jabalí”. El Jabalí y sus crías se quedaron quietos mientras miraban al León sufrir. “Mi cuerpo se está debilitando más y pronto me voy a morir”, suplicó el León.
Entonces el Jabalí tuvo compasión del León viendo como estaba debilitado por el hambre y la angustia, y lo liberó de la trampa. Mientras el Jabalí seguía su camino, trotando en busca de bayas, con la cola erguida como un arbolito, el León observó a sus crías cubiertas de barro que lo seguían. La vista de los pequeños jabalíes corriendo por la hierba blanqueada por el sol, le provocó enormemente su hambre.
“Tienes tantos jabalíes en tu camada”, dijo el León, repentinamente recuperando sus fuerzas. “Por favor, déjame uno”.
El Jabalí respondió con disgusto: “¡Acabo de salvarte la vida y ahora quieres comerte a uno de mis hijos!”
Pero cuando el León comenzó a seguirlos, la madre de la camada se puso ansiosa y le dijo al Jabalí: “El León es un animal fuerte y poderoso. Tendremos que hacer lo que él desea”.
Al girarse para enfrentar al León, los afilados colmillos del Jabalí se hicieron visibles mientras decía: “Cuando lleguemos a nuestro destino, podrás tomar uno de mis hijos, pero primero debemos echar un vistazo más de cerca a esa trampa”.
Regresaron camino y el León comenzó a demostrarle al Jabalí cómo estaba construida la trampa. “¿Cómo te atrapó?” preguntó el Jabalí, curioso. El León sostuvo un extremo del largo y grueso palo y le pidió al Jabalí que tomara el otro extremo y lo sujetara bien. “Pero, ¿cómo quedó atrapada tu pata?” preguntó el Jabalí.
Cuando el León puso su pata en la trampa para mostrar cómo había sido atrapado mientras cazaba, el Jabalí soltó su extremidad del palo y el León quedó atrapado una vez más.
Los jabalíes se alejaron lejos trotando rápidamente; el León volvió a suplicar que lo liberaran. “No se puede confiar en ti, León”, dijo el Jabalí desde una larga distancia. “Libérate tú mismo. Te liberamos y a cambio, querías comerte a uno de mis hijos”.
Y así, el León permaneció indefenso en esa trampa durante días y noches, hasta que su cuerpo, una vez poderoso y majestuoso, se debilitó flaqueando hasta que la muerte lo venció. Hasta el día de hoy, el León y el Jabalí son enemigos. Y si el León se encuentra con un Jabalí, no dudará en comérselo (Cuento popular del pueblo Lamba, Togo).
Así es, “Quien olvida el favor recibido un día perderá su camino”. “La gratitud no es servidumbre”, dice un proverbio de Chad y "Si buscas problemas, no te faltarán", aconseja el proverbio Mossi de Burkina Faso. Tampoco olvides, si "¡El leopardo nunca cambia sus manchas!" el león jamás renuncia a su orgullo y “Su ingratitud es hija de su orgullo”.
Ver, Oral Literature. How Lion and Warthog Became Enemies – Comboni Missionaries
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